¿Cuáles son las diferencias entre una scooter y una maxiscooter?
Hace ya varias décadas que las scooters son consideradas un vehículo común dentro de las grandes urbes. Un estilo de moto moderno, fácil y cómodo para moverse en el día a día de la ciudad sin tener que meter marchas. Con ellas nos resulta más sencillo ir de visita a casa de un amigo, o a al trabajo, haciendo trayectos puerta a puerta que nos ahorran tiempo en nuestras ajetreadas vidas. Sin embargo, en algún punto, esto no nos resultó suficiente. Quisimos más que una simple scooter convencional, buscábamos más espacio, una moto más rápida, más potencial y un diseño más genuino. Fue así como llegaron al mercado lo que hemos pasado a denominar como maxiscooters, que han conservado en común con su hermana pequeña poco más que el cambio automático y el reposapiés.
Dicho fácil, estos modelos son la versión ampliada del scooter, una moto más grande y equipada con un motor de gran cilindrada. Más cómodas que otros segmentos, cuentan con un gran espacio que garantiza confort y almacenamiento. Además, cabe remarcar que están más adaptadas para realizar grandes distancias por carretera. En este sentido, cabe tener en cuenta a la hora de realizar una compra que es precisamente el potencial lo que marcará la gran desigualdad entre una scooter convencional de 125, y una maxiscooter que evoluciona desde los 400, hasta los 800cc.
Potencial y diversión
La primera gran diferencia a remarcar, por lo tanto, es la potencia de este tipo de motos. Mientras que una scooter clásica monta una unidad de entre 50 y 125 centímetros cúbicos, la línea maxiscooter crea auténticas explosiones de adrenalina gracias a sus motores que superan los 400. Esto se traduce en rendimientos de puro nervio más propios de motocicletas deportivas que van más allá de los 29 CV. En este sentido, no solo hablamos de más reprise, sino que las maxiscooters son capaces de circular en total tranquilidad a una velocidad de crucero de 120 km/h.
Para disfrutar de todo el potencial de una maxiscooter, las ruedas se convierten en otro de los ejes diferenciadores de su conducción. Por lo general montan llantas de 15 o 16 pulgadas, algo que no ocurre en la scooter tradicional, que se tiene que conformar con 12 o 13 pulgadas. Este es el factor clave a la hora de acelerar sin miedo, ya que tanto en rectas, como en curvas, las ruedas de tu maxiscooter no te darán nunca sensación de inestabilidad ni en la parte delantera, ni en la trasera. Por lo que, si eres un usuario que busca prestaciones como una buena frenada para viajar seguro, este es un factor a tener en cuenta.
Más potencial a la hora de conducir significa necesariamente más volumen, lo que representa encontrar un equilibrio adecuado entre las dimensiones y la agilidad necesaria para tus trayectos cotidianos. Pues, si bien una scooter convencional te dará más agilidad como resultado de su escaso peso, una maxiscooter te garantiza una cuota más alta de estabilidad sin dejar de lado una gran libertad de movimiento. Dependiendo de tu constitución y de lo que estés buscando en el mundo de las motos, es muy importante reflexionar sobre este punto, ya que te puede convenir más una gama u otra.
Espacio para el día a día
Otra de las grandes diferencias entre una scooter y una maxiscooter la hallamos en el espacio. Las maxiscooters cuentan con una gran capacidad de depósito, mucho más espacio debajo del asiento, mayores opciones de carga y la posibilidad de añadir maletas laterales en la parte trasera; algo que no resulta posible en una scooter tradicional debido a sus dimensiones más reducidas.
Contar con más capacidad de depósito (hasta 15 litros y una autonomía de 500 km), juega a favor de las maxiscooters. Cada vez son más las personas que se inclinan por esta modalidad a la hora de recorrer trayectos de larga distancia. Esto, sumado al hecho de que permiten añadir maletas laterales para almacenar todo lo necesario para un viaje, hace de la maxiscooter la opción ideal para los que aman viajar sobre el asfalto.
